«La casa en la sombra»

 

On Dangerous Ground (1952) / Director: Nicholas Ray / Guión: A.I. Bezzerides y Nicholas Ray, sobre la novela «Mad with Much Heart», de Gerard Butler / Intérpretes: Robert Ryan, Ida Lupino, Ward Bond, Charles Kemper, Anthony Ross, Ed Begley, Ian Wolfe, Sumner Williams, Gus Schilling, Frank Ferguson, Cleo Moore.

Ya lo he dicho en los comentarios de alguna entrada, pero necesito recalcar, una vez más, que la primera etapa como cineasta de Nicholas Ray ha sido el mejor descubrimiento cinéfilo que un servidor haya experimentado en tiempos. Vistas Los amantes de la noche y En un lugar solitario, y fascinado por la maestría de ambas, duras y románticas, he vuelto a caer en sus redes con La casa en la sombra, otra magnífica película con componentes noir que evidencia la fuerte personalidad de este gran director, alguien capaz de impregnar las imágenes de tanto desencanto como pasión.

En esta ocasión, Ray sigue planteando desafíos al espectador en clara prueba de la total modernidad de una obra tan perfecta que su caducidad es más que improbable. En la primera media hora, ambientada en una urbe siniestra y siempre húmeda, conocemos al protagonista, Jim Wilson (Robert Ryan, temible), un solitario policía con tendencia a la violencia que se ve asfixiado por esa fauna nocturna compuesta por criminales, prostitutas, soplones y maleantes varios. Impulsado a ser juez y verdugo, pervertido por la hostilidad de su trabajo, el mundo de Jim se reduce a tratar con lo peor de la sociedad y a usar sus puños. Pierde los papeles de continuo apalizando a los detenidos hasta que un superior le envía a otro escenario para tratar de apaciguarle: un entorno rural, montañoso y nevado donde ha de esclarecer el asesinato de una joven.

Si en esa parte inicial sentimos de cerca la opresión y el malestar de un hombre atrapado en la sordidez de las calles, potenciado por la tensa partitura de Bernard Herrmann y el estilo de Ray (tomas desde el interior de los vehículos, cámara al hombro, uso de las sombras, planos subjetivos, imágenes nerviosas…), después cambiaremos de tono para dejar atrás la ciudad cerrada y negra y pasar al espacio abierto y blanco, donde se inicia la persecución del tipo que asesina a una muchacha. Jim y el furioso padre (Ward Bond) de la víctima, dispuesto a tomarse la justicia por su mano, van en su busca a través de la nieve. En su camino encuentran una casa en la que vive Mary (Ida Lupino), una mujer ciega que resulta ser la hermana del sospechoso. ¿Dónde se oculta el asesino?

Es curioso. Por algún motivo, Christopher Nolan y su película, Insomnio, me venían a la cabeza mientras estaba viendo La casa en la sombra. ¿Las posibles razones? La definición del obsesivo personaje principal, un poli amargado por su sucia conciencia y encarado a un dilema moral y un proceso de redención, y esa persecución en la que el aprovechamiento del paisaje genera un gran poder atmosférico. Es cierto que las diferencias son importantes y los paralelismos escasos, pero en la dirección de Ray (en concreto, su sentido visual y de ambientación) y en las aristas de sus personajes, de psicología torturada, percibo que uno y otro no andan tan lejos como pueda parecer.

La amargura es notable en (casi) todo el metraje. Únicamente la concesión de cara a la galería que supone el minuto final, prescindible, rompe con ese aire trágico, de soledad y no exento de lírica a pesar de la fatalidad.

Y todo ello, en 82 minutos intensos, de modélica síntesis narrativa. Otra obra de arte en su favor (y van… ).

Valoración (0 a 5): 5

· Para saber más: Reseña en la antigua maleta de Sazmann [+]

12 pensamientos en “«La casa en la sombra»

  1. Estupenda serie B de la mano de Ray. Como dices tiene dos partes bien diferenciadas, la ciudad nocturna y opresiva y la parte del entorno rural, con todas las constantes del primer cine de Ray, esos planos desde el interior del coche, cámara al hombro, imágenes directas y ese gusto por los exteriores.
    Los paralelismos que encuentras con «insomnio» no me parecen desencaminados (urbanita atormentado en un entorno rural) aunque vayan por cauces distintos.
    Notable peli, te recomiendo (si no la viste) otra maravilla de Ray, «Chicago años treinta» ya en color y con dinero pero muy disfrutable.
    Saludos!

  2. «Chicago años 30» no la he visto, pero quiero. Creo que Godard no andaba errado cuando decía que Ray era «el cine». Mira que llevo años interesándome por el cine y aún no había degustado la primera etapa de este director… ¡Imperdonable!

  3. Cómo me gusta este giro hacia el cine clásico en el Videodrome. Y más la reivindicación de Ray. Pero puede irse más atrás: yo últimamente estoy alucinando con Rouben Mamoulian.

    Saludos cinéfilos, camarada.

  4. A mi me parece que exageráis con el cine clásico. Yo disfruto viendo las pelis de Ford, Hawks, Ray, Walsh y compañía como el que más, pero no creo que estén a la altura de los mejores, a saber: Keaton, Murnau, Ozu, Bresson, Hitchcock, Kitano…

    El cine debe liberarse de la nociva influencia del guión literario. Los «grandes» directores clásicos eran hábiles, claro, aunque en cualquiera de las secuencias de, pongamos por caso, «Un condenado ha muerto se ha escapado» de Bresson hay más cine que en mil películas clásicas. Y ya ni hablamos de Keaton y Murnau; yo reivindico el cine mudo: ellos no tenían diálogos para hacer avanzar la historia… Por eso sus películas son más importantes.

    El diálogo debería ser un elemento secundario en el discurso cinematográfico.

    Un saludo

  5. La casa en la sombra no me parece una obra maestra, pero sí una gran película y además poco conocida de ese magnífico cine negro de los 40 y 50… No es tan buena como En un lugar solitario, pero la banda sonora de Herrmann y la absoluta libertad a la hora de dirigir de Ray son inolvidables. Me parece genial, como se mueve el director entre el clasicísmo más puro y la modernidad más underground. Esta peli es un mosaico que pone en relieve las más distintas características del cine, hecho que sitúa a Nicholas Ray como un auténtico precursor.

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