«Daredevil: Born Again»

Recupero este artículo que escribí en mi anterior blog.

 

En 1985, tres años después de abandonar la colección de Daredevil, Frank Miller retomó el personaje para crear, junto al dibujante David Mazzuchelli, una de sus obras más logradas y reconocidas: Born Again, una historia rompedora e inolvidable que abarcaría siete números (del 227 al 233 USA) que figuran con letras de oro en la historia del cómic americano.

Pero antes, Miller ya había revolucionado la colección. Primero, como dibujante, y después, haciéndose cargo tanto del guión como del apartado gráfico (con la colaboración inestimable de Klaus Janson), logró unas cotas de calidad que hoy por hoy se antojan indiscutibles. Daredevil fue relanzado gracias a un joven e impetuoso artista decidido a hacer algo grande, a llevar al superhéroe a la mayoría de edad mediante guiones inteligentes y adultos que le otorgaban matices psicológicos que progresivamente fueron desarrollados y exprimidos hasta las últimas consecuencias. Miller escarbó en la psique del personaje, le dotó de un peso realista enfrentándolo a dilemas morales y hablando de su pasado, le hizo pasar por odiseas, tragedias y tormentos sin desperdicio… Se trataba, en definitiva, de caracterizarlo con profundidad, de perfilar una personalidad definida e, incluso, de situarlo a ras de tierra para que el lector se identificase, se involucrase; sintiese y vibrase con el devenir del mismo. Daredevil no había de ser un superhombre intocable por encima del bien y del mal y cuyas acciones no tuvieran consecuencias. No. El componente dramático y emocional que se generaba a raíz de la humanización del protagonista tenía que existir y ser convenientemente potenciado.

Naturalmente, tal introspección se combinaba con altas dosis de épica como consecuencia del contundente estilo de Frank Miller basado en una apasionada fuerza narrativa gracias al recurso del poderoso monólogo interior, un ritmo que jamás desfallecía y unas viñetas tendentes a sublimar la acción. Lo plano, lo banal y las medias tintas no tenían cabida. Se buscaba la intensidad y la grandeza en todos los órdenes del cómic.

Muy probablemente, la aportación más valorada del autor durante esta etapa fue la creación del personaje de Elektra Natchios, una fascinante antiheroína azotada por la tragedia familiar y abocada a ganarse la vida como asesina a sueldo con un dominio sobrenatural de las artes marciales. Su affaire con Matt Murdock y su salvaje enfrentamiento con el temible y psicótico Bullseye, villano remozado por Miller, fueron, sin duda, algunas de las cimas que alcanzó la colección a nivel dramático y épico, los dos pilares sobre los que se asentaba el estilo milleriano.

Como decía al inicio, el autor, en 1982, cerró su primera etapa con el personaje, y para ello se empleó a fondo con una excelente historia titulada Ruleta, donde exploraba con madurez y carácter reflexivo el papel influyente del superhéroe y la violencia en el mundo de hoy.

La épica del renacimiento

 

Afortunadamente, y tras el olvidable paso de Denny O’Neil por la serie, Frank Miller regresó a sus origenes para obviar lo que habían hecho otros y finiquitar su labor con el personaje mediante una guinda final. Contar una última y definitiva historia que mataba al superhéroe (Daredevil) para que sólo sobreviviese el hombre (Matt Murdock) era su objetivo. Born Again. Nacer otra vez. Muerte y resurrección. El fallecimiento del pecador y el resurgimiento de un ser redimido y purificado.

Sirviéndose de la simbología cristiana como metáfora, Miller derrumba al protagonista, lo somete a un purgatorio donde expía su culpa, lo desciende al infierno, lo destroza física y moralmente en un calvario sin fin… para después provocar su renacimiento como un hombre nuevo mediante la ayuda ¿simbólica? de la maternal monja Maggie, quien acoge en su seno al caído y reza por él implorando piedad y salvación. Resultan emblemáticas, en este sentido, dos geniales viñetas: en una, vemos a Murdock demacrado junto a Maggie, estando ambos en una postura que remite directamente a "La Piedad" de Miguel Ángel; en otra, Murdock/Jesucristo se encuentra en paz, en postura de ya crucificado y bajado de la cruz. La redención se ha completado.

"Su alma está aturdida.
Pero es un hombre bueno, Señor.
Sólo necesita que le enseñes tu camino. Entonces se levantará y
será en esta ciudad una espada de luz en tus manos, Señor.
Si he de ser castigada, sea.
Si he de ir al infierno, sea.
Pero perdónalo.
Tanta gente le necesita.
Escucha mi plegaria."

Daredevil es un personaje complejo y ambiguo. Abogado defensor de día y justiciero urbano de noche. Un hombre que defiende la ley bajo la identidad de Murdock y que, sin embargo, se toma la justicia por su mano cuando anochece y se enfunda su traje: ¿Cabe mayor contradicción? ¿Qué vertiente es más efectiva para combatir el crimen? ¿Quizás una combinación de ambas? ¿Puede alguien mantenerse en su sano juicio ante tal dicotomía?… Daredevil no es un superhéroe al uso. No cabe el maniqueísmo. Tampoco los blancos y negros. Porque, sin ir más lejos, estamos ante un tipo católico que se disfraza de diablo.

En Born Again, Kingpin, archienemigo que actúa en la sombra como gran jefe de la mafia, el crimen y la corrupción de Nueva York, averigua la identidad de Daredevil debido a la traición que comete Karen Page/Judas, antigua novia de Murdock que, desesperada y desamparada, vende su mejor secreto a cambio de una dosis de droga. Este hecho provoca el comienzo de un infierno vital que casi reduce a cenizas a un tipo ya en declive y a quien ni siquiera es capaz de salvar su amigo Foggy Nelson. Y a la decadencia del mismo contribuye Kingpin, quien va haciendo pedazos, con lentitud y sadismo, la vida de un hombre que sólo se siente cómodo y liberado cuando asume el rol de Daredevil, lo que le permite desahogar la rabia y la frustración de su anodina existencia como abogado en paro. Es fruta madura. Su enemigo tan sólo ha de mover algunos hilos para sacudir el frutal…

Lo que acontece después, relativo al desmoronamiento, apocalipsis, purificación, redención y renacimiento, ya ha sido apuntado previamente y supone un esquema seguido por Miller a lo largo de su carrera. Hacer morder el polvo al héroe e impulsar una nueva puesta en pie del mismo para que luche frente a un enemigo poderosísimo en un entorno hostil que no le ofrece comprensión es recurrente, de hecho. Y Miller lo hace mejor que nadie.

Para finalizar, es imposible obviar la sátira socio-política-militar que tanto gusta al autor. Ahí tenemos al supersoldado Nuke, trasunto perturbado y oscuro del Capitán América, que es utilizado como letal arma en una incursión intervencionista del ejército americano en Nicaragua y que, después, es reclutado y manipulado ideológicamente por Kingpin para que siembre el caos; o al mismísimo Capitán América, un idealista extremo ("No soy leal a nada… excepto al Sueño") con valores patrióticos indoblegables; y la alusión a lo corrompible que puede resultar el ejército y al poder de destrucción masiva y de devastación de las armas. Casi nada.

Todo ello, amigos, fue servido por Frank Miller y David Mazzuchelli (espléndido de veras mediante ese estilo de dibujo clásico, sin aspavientos) con crudeza, visceralidad, realismo y un toque cómico extravagante (esa enfermera forzuda…). La pasión y el dolor imprimían su marca a fuego. Los personajes se confesaban al lector mediante feroces monólogos internos (Murdock, Karen, el periodista Ben Urich y Kingpin). Como tenía que ser, ¿no?.

Nº 227 – APOCALIPSIS
Nº 228 – PURGATORIO
Nº 229 – ¡PARIA!
Nº 230 – NACER OTRA VEZ
Nº 231 – SALVADO
Nº 232 – DIOS Y PATRIA
Nº 233 – ARMAGEDDON

20 pensamientos en “«Daredevil: Born Again»

  1. Un gran cómic, lo tengo y lo he leído un par de veces. Aunque la verdad es que nunca lo suelo nombrar en mis recomendaciones, quizás no me dejó tanto poso como otros aunque no sé decir por qué.

  2. Ya os vale. 😀

    Alvy, la batidora del amigo Frank es muy potente. El tío coge un personaje marginal en su momento y lo revitaliza como sólo un genio puede hacer.

    KesheR, la primera vez que lo leí me gustó, pero la segunda vez me maravilló y la tercera me ganó por completo. Es de esos cómics en los que descubres cosas nuevas o los aprecias mejor con cada relectura.

    Marnie, deberías hacer algo para remediarlo. Es obligado y es de Miller, tía.

  3. Espectacular y obligatorio. Yo lo tengo en mi armario junto al Tormento de Spiderman, de McFarlaine, el que mejor du¡ibuja al trepamuros y al Dios ama el hombre mata de la patrulla.

  4. Estaba haciendo unas pequeñas pruebas, Libertino. Estaba trasteando un poco porque me aburría con el nefasto juego de España. Como caigamos en octavos les van a dar pal pelo…

  5. La plantilla que había puesto era un horror. WordPress tiene algunas plantillas por defecto que son una proeza de fealdad, la verdad.

    Es mejor que no la veas. Podrías tener pesadillas blogueras. Para que veas que me preocupo por tu trastocada salud mental. 😀

  6. Soy como las japonesitas. Me vendaban los pies de pequeño para que no creciesen. Me he quedado en un 40-41.

    ¿Conocéis algún alargador de p… emmm… pies? 😀

    P.D.: Creo que últimamente estoy siendo menos James Stewart que de costumbre. ¿Me equivoco?

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