Popurrí de últimas lecturas: novelas negras y cómics

una mujer endemoniada

«Una mujer endemoniada», de Jim Thompson. Serie Negra de RBA.

Acojonante. Una vez más, Thompson le da la voz de narrador en primera persona a una mente perturbada, quien se dirige al lector directamente para contar una historia muy oscura, de gente maldita y marginal, de perdedores sin ninguna posibilidad de redención ni de salvación, en donde el romanticismo adquiere connotaciones enfermizas y falsas. Fatalismo absoluto para los integrantes de la podredumbre moral, para los hijos de tiempos desalmados. Y unos últimos párrafos donde va intercalando dos voces desquiciadas que denotan el carácter esquizoide del narrador, terminando la novela de un modo devastador y demencial. Una locura. Una cumbre de la novela negra en su vertiente más oscura posible. Y magnífica, también, la adaptación que hizo Alain Corneau en su película «Serie negra» (1973).

«El regreso de Driver», de James Sallis. Serie Negra de RBA.

Muy a mi pesar, me ha parecido un poco decepcionante (sobre todo si la comparo con la excelente «Driver»). En esta continuación, Sallis, en mi opinión, se pasa con su narración fragmentada, sembrada de elipsis y con no pocas digresiones. Impone un estilo evasivo, con una mirada esquinada y una trama extraña, esquiva, repleta de incógnitas. Como si los personajes fueran sombras o figuras inaprensibles. O sea, es como una cosa bastante abstracta que te mantiene desconcertado. La verdad es que no he entrado en la novela y me ha dejado frío. Y la impresión que me queda es la de, simplemente, haber aprovechado el éxito de la película para sacar una continuación forzada de una primera parte que quizá no necesitaba ser continuada.

«Atraco al banco», de Donald E. Westlake. Serie Negra de RBA.

En su vertiente menos dura y más cómica, Westlake acapara un encanto increíble y ofrece unos personajes de un carisma arrollador: me refiero tanto al «cerebro» John Dortmunder como a sus risibles colaboradores. Westlake va al grano con enorme precisión, y da la sensación de que nada sobra en su minuciosa narración. El comienzo es descacharrante, y la preparación del robo del banco (no el robo del contenido del banco, sino del propio banco, jojo) es apasionante, al igual que el sentido fatalista y frustrante que imprime a la ejecución y resultado de una planificación siempre malograda. Su sentido del humor puede no gustar a todos, pero, joder, menudo carácter lúdico y extremadamente entretenido tiene la novelita.

«La novia vestí­a de negro» (Cornell Woolrich), «Tiempo para crear, tiempo para matar» (Lawrence Block), «Un loto para Miss Quon» (James Hadley Chase) y «Retrato de humo» (Bill Ballinger). Serie Negra de RBA.

Cada una de estas cuatro lecturas corresponden a diversas concepciones de la novela negra, pero digamos que el nexo de unión serí­a la obsesión desde diferentes ángulos: la ejecución fría y metódica de una venganza en diversos episodios, una investigación para esclarecer el misterio de quién lo hizo y por qué, unos diamantes robados que conllevan una huida muy tortuosa y una búsqueda de una figura femenina enigmática y borrosa, respectivamente. Woolrich aplica gelidez; Block, amargura; Hadley Chase, violencia y furia; y Ballinger, reconstrucción.

«Algodón en Harlem», de Chester Himes. Serie Negra de RBA.

Con los memorables policías negros Grave Digger Jones y Coffin Ed Johnson, se trata de otra entrega feroz de la serie que Himes dedica a ambos polis como nexo común. El primer capí­tulo, donde un joven predicador «vende» a los negros la promesa de ir a África para una vida mejor y lejos de la opresión blanca, se convierte en uno de esos torbellinos de violencia que tan maravillosamente sabí­a plasmar Himes, quien tenía una asombrosa habilidad para que su escritura resultara gráfica, pesadillesca y alucinógena. Ya sólo ese episodio vale su peso en oro.

«Cenizas» (Guión y dibujo de Álvaro Ortiz). Editado por Astiberri.

Fantástico. ¡Qué cómic más entretenido, entrañable, divertido y agridulce! Aquí tenemos a gente que bebé café, que bebe cervezas, que asiste a conciertos, que trafica con droga, que tiene a un mono de mascota, que es perseguida por un par de peculiares matones… Gente que lleva las cenizas de su amigo fallecido hasta un punto en un mapa. Un viaje en forma de road-movie donde habrá de todo, desde risas hasta cabreos, desde aventuras hasta peligros, y que toma la forma de huida de unos personajes insatisfechos, perdidos, hacia un destino que… no desvelaré.

Es un cómic que, como retrato generacional, habla de las vidas de unos amigos que han crecido, que se han distanciado, que han vivido experiencias muy diferentes, que han cambiado con el tiempo. Una generación desubicada, amargada, de presente muy inestable y de futuro muy incierto. Tipos que no acaban de encajar en el mundo rutinario y cotidiano. Su viaje de descubrimiento se ve intercalado de minihistorias apasionantes. Y todo transcurre con naturalidad (a pesar de ciertas astracanadas) porque es fácil creernos a los carismáticos personajes (¡qué diálogos! ¡qué definición de caracteres!) y acompañarles por esas carreteras desiertas hacia no se sabe dónde.

Se nota que Álvaro Ortiz es un amante del cine de género (hay ecos coenianos, hay estructura de road-movie, hay cafeterías muy de estilo americano, hay calzado de cowboy, etc.), de la música y del café genuino.

Absolutamente recomendable. Y perfecto para regalar a treintañeros/as.

«Batman: El caballero de la venganza» (Guión de Brian Azzarello y dibujo de Eduardo Risso).

El tándem Azzarello & Risso nos traen una miniserie que se traduce en un universo alternativo en donde Batman no es Bruce Wayne, sino su padre, Thomas Wayne (grandullón, lacónico, violento). Todo cambia. El guionista juega con los personajes clásicos, cambiando su rol de una manera muy interesante, y así se lleva la palma el Joker, cuya identidad resulta toda una sorpresa de lo más impactante. De este modo, lo que aquí tenemos es una historia corta de 64 páginas dominada por la tragedia, el fatalismo y un trauma enorme como consecuencia de un crimen que arrollará las vidas posteriores de los afectados. Porque aquí se saca el mayor partido posible de las nefastas secuelas del mítico crimen del callejón y el collar de perlas, aquel punto de inflexión que lo originó todo… y que desestabilizó a las víctimas.

«Tú me has matado», de David Sánchez. Editado por Astiberri.

Es una sensacional obra de debut que inquieta, intriga, divierte, aterra, desconcierta y fascina. Se dice que bebe de influencias variadas e ilustres: Burns, Clowes, Lynch, los Coen, etc… Y sí, hay referentes ineludibles, pero Sánchez logra presentar el cóctel de manera fresca, logrando que resulte algo muy personal, que no sepa a impostura o a refrito, sino a creación rebosante de ideas. Leer este cómic, por decirlo de alguna manera, permite identificar referencias y, aún así, disfrutar de una historia y de una atmósfera que por sí mismas tienen una fuerza extraña, sugerente, enigmática, a base de recursos tan llamativos como el genial uso del color para contextualizar el tiempo y potenciar las sensaciones expresadas.

Aquí encontramos un universo de carreteras desiertas, de paisajes sin horizonte, de policías corruptos, de misioneros misteriosos, de seres desconocidos, de violencia contundente, de humor negro… Pero Sánchez lo plasma de forma muy abierta, incluso abstracta, de manera que la interpretación de lo leído queda en el aire, evitando respuestas y explicaciones y finalizando magistralmente al trazar una estructura circular que permite repensar lo visto y otorgar al cómic un tono infinito.

«No cambies nunca», de David Sánchez. Editado por Astiberri.

Uno de los cómics más inclasificables, extraños, intrigantes, tortuosos y crípticos que he leído (insertar aquí emoticono sudoroso). Experimentos, transformaciones, mutaciones, sexualidad confusa, secretismos, monstruosidades, aberraciones… Sánchez sorprende una y otra vez en este cómic totalmente impredecible que no ofrece demasiados asideros para que el lector reconstruya una historia clara y cerrada. Líneas temporales diversas en una cronología desordenada que desafía al lector mediante la introducción de la fantasía bizarra en una realidad que se cuestiona una y otra vez. Imposible atar todos los cabos (quien lo consiga, ¡que lo diga!). En todo caso, fascinante.

«Gus. 1.Nathalie», de Christophe Blain. Norma Editorial.

Para dibujo MARAVILLOSO hay que remitirse a Christophe Blain, un auténtico GENIO que jamás defrauda. Lo que hace este hombre con sus dibujos no tiene nombre: cómo es capaz de expresar los estados anímicos de sus personajes mediante el color, las posturas, los gestos, las muecas, el tamaño de los bocadillos, las sombras, la forma de la viñeta, etc… El primer álbum de GUS narra las vicisitudes sentimentales (y sexuales) de unos peculiares bandidos del Oeste. Lo que ha conseguido Blain con esta serie es un western que habla de nosotros mismos con una verdad que asusta y un conocimiento total de nuestros mecanismos. Es imposible no verse identificado con estos personajes. Y Blain tiene la sensibilidad necesaria, el timing cómico, la dinámica narrativa… Es un recital de recursos gráficos absolutamente increíble. Un cómic tan intimista en sus momentos reflexivos como feroz en sus escenas de acción. Una obra maestra.

En este blog se explican muy bien las virtudes de GUS: http://ellectorimpaciente.blogspot.c…phe-blain.html

«Quai d’Orsay. Tomos 1 y 2» (Abel Lanzac y Christophe Blain). Norma Editorial.

Absolutamente MARAVILLOSO. El grandísimo Christophe Blain plasma con su habitual maestría las vicisitudesde la política internacional aprovechando las experiencias de Abel Lanzac. Lo que aquí tenemos son dos tomos que reflejan con humor y sentido crítico las entrañas de las relaciones internacionales, el funcionamiento de la política y, en definitiva, el comportamiento del ser humano en circunstancias especiales. No es que el cómic sea rompedor en el sentido de que nos revele algo que no sabíamos. Lo que sí consigue es ser rabiosamente divertido y dinámico. Blain es un crack de la narración gráfica, y de verdad que es alucinante su dinamismo, su timing cómico, su poder caricaturesco, su dominio increíble de la composición y descomposición de las viñetas, rebasando todo límite y desplegando su expresividad con una energía que tira de espaldas… Geniales ambos  tomos.

«Daredevil», de Ann Nocenti. De Panini.

Me he leído los dos tomos recopilatorios que ha sacado Panini de la etapa de Ann Nocenti y Romita Jr. Uno de los tomos abarca a María Tifoidea y el otro va sobre Mefisto y la aparición de demonios y tal.

Y la verdad es que no me ha convencido. Sé que la etapa de Nocenti tiene prestigio y que incluso se habla de ella como lo mejor de Daredevil tras lo que hizo Miller. Sin embargo, creo que tiene un par de problemas considerables: por un lado, el exceso de verbalización mediante el que los personajes nos dicen machaconamente en voz alta lo que están haciendo y lo que están pensando, lo cual resulta bastante cansino. Se marcan unos discursos realmente farragosos, de verborrea espesita. Por otro lado, respeto que Nocenti trate temáticas sociales y realice denuncias (aquí se cuestiona el sistema judicial, la carrera armamentística, la corrupción, la energía nuclear, las agresiones al medioambiente, etc…), pero me da la sensación de que lo va metiendo todo esto con calzador, de manera forzada, como si el género de superhéroes fuera una excusa para transmitir esa denuncia casi permanente, que, incluso, parece tener un matiz aleccionador y moralista. Lo cierto es que AGOTA y entorpece la narrativa.

Lo mejor, para mí, es la creación del personaje de María Tifoidea como femme fatale absolutamente venenosa y extrema. Ahí Nocenti se marca un tanto. Y el dibujo de Romita Jr.

«Batman: Detective Comics – Ciudad hambrienta»

Tomo recopilatorio del final de la etapa del guionista Scott Snyder en Detective Comics. Con dibujos de Jock (Los perdedores) y Francesco Francavilla. Ahora Snyder (junto al dibujante Greg Capullo) se está encargando de Batman a partir del reboot de DC.

Lo que tenemos en este tomo son dos historias: la primera tiene que ver con las supuestas amenazas de muerte que recibe la directora del banco de Gotham, cuestión que investigará Dick Grayson como el nuevo Batman. Nada es lo que parece. Es un relato entretenido y muy bien dibujado, con una narrativa enérgica.

La segunda historia, que gira en torno al regreso a Gotham del hijo de James Gordon, es el auténtico plato fuerte. Se trata de un thriller psicológico inquietante, tenso, inmerso en la psicopatía y con la aparición estelar (como secundario) de un Joker muy bien descrito a pinceladas. Con una atmósfera opresiva bastante lograda (ojo al color) y una sensación de histeria, de sinrazón, el plan de cierto personaje pondrá en jaque al comisario, sus hijas y el propio Grayson (Batman).

Ambas historias están caracterizadas por lo sombrío en cuanto a la visión de Snyder de los personajes y la fatalidad por encima de cualquier otra cosa. Gotham está tratada como un lugar infernal, que no sabemos si contagia de locura a sus habitantes o si son sus habitantes quienes contagian de locura a la ciudad. Sobrevuela una clara lectura pesimista del estado de las cosas.

En resumen, es un tomo interesante tanto por los guiones de Snyder como, sobre todo, por los dibujos de Jock, cuyo trazo fino es muy potente en el dibujo de los personajes, y cuyos fondos que parecen abstracciones aún refuerzan más las acciones que suceden.

«Parker. Volumen 1: El Cazador». Astiberri

Darwyn Cooke adapta al cómic la novela «A quemarropa», de Richard Stark (aka Donald Westlake). Una gran novela negra, de tremenda fuerza, que ha dado lugar a las adaptaciones al cine de John Boorman y de Brian Helgeland.

Cooke es muy fiel al original. Tanto, que quien haya leído la novela no se sorprenderá con la historia que desarrolla el cómic. A veces, da la sensación de que el autor ha tomado el libro como guía, como texto a ilustrar. Como no le es suficiente la imagen, tiene que recurrir a una profusión de texto en ciertos momentos, acercando al cómic a la novela ilustrada. Hasta ahí llega la fidelidad. Y quizá sea el único punto discutible del cómic: esta traslación tan absolutamente leal al texto original.

Pero, más allá de la férrea dependencia de Cooke al libro de Stark, se trata de un cómic estupendo, magníficamente dibujado con ese estilo cartoonesco tan característico del autor y en bitono. Visualmente, muy atractivo. Y no se corta a la hora de mostrar la extrema violencia del Parker original, su determinación, su porte cool, su código de comportamiento… Para amantes del género negro duro, eléctrico, que va al grano.

«Daredevil: Love and War», de Frank Miller y Bill Sienkiewicz. Panini.

A mí Sienkiewicz me sobrepasa, la verdad. Y lo digo en el mejor sentido: es un genio. Su trabajo en «Daredevil: Love and War» es impresionante, de una expresividad totalmente turbadora a través de recursos muy audaces para lo que era costumbre. Véase la manera retorcida de dibujar a Victor, ese psicópata terrorífico y del todo desquiciado, o la forma de mostrar a Kingpin como una inmensa mole imposible, o el modo de caracterizar a Daredevil como una figura de rojo saturado que se instala en un segundo plano. Esa experimentación gráfica se desarrolla en virtud de la base argumental del amor y de la rotura del mismo. Tenemos a un Kingpin en la sombra, moviendo los hilos, poderosísimo físicamente… pero roto a nivel sentimental. El corazoncito del gigante sufre, se
desgarra. Y en el otro extremo, la admiración enfermiza de Víctor por la secuestrada, otra fémina que mueve los cimientos de la masculinidad. Hasta Daredevil tendrá su interacción con una mujer, como en el caso del rescate de ella y las cabriolas por las alturas de la ciudad, dando la sensación de ser una danza seductora.

Evidentemente, luego, con esa colosal obra titulada «Elektra: Assassin», Miller y Sienkiewicz llegaron aún más lejos. Hasta extremos, diría yo, complicadísimos o casi imposibles de igualar porque se produjo la unión de dos talentos salvajes. «Daredevil: Love and War» parece una iniciación entre ambos, un campo de pruebas, explotando como bombas atómicas en su colaboración posterior.

Aquí pedazo de entrevista a Sienkiewicz a razón de su trabajo en Daredevil: http://www.manwithoutfear.com/darede…ws/Sienkiewicz

5 pensamientos en “Popurrí de últimas lecturas: novelas negras y cómics

  1. Pero qué has hecho, hombre?!!.
    Esto lo dosificas y tienes para actualizar el blog regularmente una temporada. 😉

    He leído todos los cómics que comentas y no puedo estar más de acuerdo con tus apreciaciones. Respecto a los libros, tomo buena nota de Jim Thompson.

    Un saludo!.

    • ¡Jejejeje! Bueno, a decir verdad este post es una recopilación de reseñas mías que he ido colgando en diferentes foros a lo largo de los últimos meses. Lo que he hecho ha sido unirlas y publicarlas de golpe en el blog.

      Me alegra que estés de acuerdo con mis apreciaciones. Respecto a Jim Thompson, para mí es un DIOS. Es mi escritor favorito. Un IMPRESCINDIBLE total y absoluto de la novela negra, y para mí superior a cualquier otro clásico, incluyendo Hammett, Chandler, Cain, Macdonald… Un gigante, en serio.

      ¡Gracias por pasarte por aquí y aprovecho para felicitarte por tu blog, que leo de vez en cuando!

      ¡Un saludo! 😉

  2. Buenas! Estupendos post. Tengo muchas ganas de echarle un ojo a «Una mujer endemoniada», intento como mínimo leer un Jim Thompson al año (este fue «Solo un asesinato»), la película de Corneau me encantó. Por el contrario, creo que haré caso de tus comentarios y me mantendré alejado de «El regreso de Driver», que olía un poco a chamusquina desde que apareció publicado y tu texto lo confirma.
    Oye, el «Batman» de Azzarello y Risso sucede en el universo «Flashpoint»?
    Un saludo, imagino que estarás enganchado a «Breaking Bad» en sus últimas horas! Los dos primeros han sido apabullantes.

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